Las leyes que se definen como las abanderadas de la
protección de los derechos de autor, realmente disfrazan otro tipo de
intereses. Censurar, controlar las comunicaciones, el espionaje y obstaculizar
el tráfico de información son a mi parecer, sus verdaderos objetivos. Además se
configuran como el trampolín que catapulta el cese de una serie de servicios
que hasta ahora el usuario utilizaba de forma “gratuita”. Quizás me equivoco al
utilizar el término “gratuita”. ¿Acaso el usuario no paga por acceder a internet?
¿Qué razones motivan al usuario para pagar este servicio? En efecto, los usuarios
pagamos para acceder a un mercado libre de información, ya sea motivados por
cuestiones laborales y/u ociosas. Comunicarnos con nuestros amigos, familiares,
parejas, jefes, profesores, compañeros de trabajo, informarnos, buscar
información para nuestros trabajos académicos o profesionales, cotejarla,
ampliarla, hacer un uso de una infinidad de herramientas por puro deleite o por
cuestiones de trabajo o estudios, compartir documentos, ver vídeos, escuchar
música, conocer lo que ocurre en este momento a mil millas de tu ciudad u
opinar sobre ciertos temas son algunas de las posibilidades que brinda la red y
las razones por las que actualmente la contratamos. ¿Qué sentido tiene pagar si
de repente no puedo disfrutar de todo lo anterior que he mencionado? Desde mi
punto de vista estas leyes comienzan a cavar la tumba de lo que actualmente
conocemos como internet. El usuario comenzará a tener miedo, ya que puede
terminar en la cárcel por el simple hecho de compartir con su compañero de
clase un documento, (pongámosle un trabajo en grupo sobre un renombrado autor) en
el que aparece un poema (con derechos de autor). Posiblemente este usuario (cualquiera de nosotros) dejará
de utilizar la red como medio de comunicación e intercambio de información y se
planteará: ¿Para qué voy a compartir información, escuchar música o ver un
vídeo si puede terminar en prisión? ¿Vas a pagar para no disfrutar de estos
servicios y correr el riesgo de ser encarcelado?
Muy bien. En este caso, os animo a ser valientes. Has descrito perfectamente el ejemplo del poema, porque además si ese poema gusta a los lectores en internet, el autor tiene más posibilidades de vender sus libros. Eso es un hecho comprobado.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Internet debe ser un recurso libre para todo el mundo. Pongo un ejemplo:
ResponderEliminarSi tu te compras un libro, un CD o una película, puedes dejárselo a un amigo/a y no estás infringiendo ninguna ley, pero si lo haces por Internet ¿sí? Creo que el poder compartir es un derecho y no nos pueden penalizar por ello.
Se me había olvidado mencionar que lo que NO se puede hacer bajo mi punto de vista es venderlo para obtener beneficios de algo que no es tuyo. En este caso sí que se infringen los derechos de autor.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con la opinión de la autora de la entrada ;)
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